Cirugia
estetica en adolescentes
Articulos recientes hablan
de un incremento en la demanda de procedimientos estèticos en pacientes de cada
vez más baja edad, cuando hasta hace unos años este tipo de cirugías estaban
reservadas a personas a partir de sus 30 años.
En algunas publicaciones se
habla de adolescentes que solicitan y reciben como regalo de 15 años una
cirugía de implantes mamarios o una lipoaspiración. Esto se suma a una demanda
clásica de ciertas cirugías en pacientes de esta edad ( generalmente
rinoplastias o auriculoplastias). El origen de este cambio se puede en parte
atribuir a la influencia de los medios, en los que se promocionan a celebridades
jóvenes con atributos físicos determinados los cuales tienden a ser rápidamente
copiados por sus jóvenes seguidores. Por otra parte la banalización por parte
de los medios de lo que constituye una cirugía estética, hace que estos
procedimientos no sean vistos como una cirugía, con los riesgos inherentes a
las mismas, sino como un tratamiento cosmético ambulatorio convencional.
En nuestro medio hay que
distinguir los grupos de pacientes por debajo de los 18 años, aquellos comprendidos
entre 18 y 21 y los mayores de esta edad. En el primer grupo afortunadamente no
es significativa la demanda, a excepción de consultas por rinodeformidades, las
cuales en casos excepcionales se puede efectuar a partir de los 16 años o
cuando el paciente se haya desarrollado físicamente. Otra excepción la constituyen
los pacientes que consultan por deformidades auriculares, cirugía que
tradicionalmente se ha aceptado efectuarla en edad escolar, en aquellos casos
en que el paciente es burla de sus pares. No es significativa la consulta por
aumento mamario y tampoco lógico acceder
a la misma ya que la paciente en general no ha alcanzado su desarrollo
físico. Se entienden como excepciones aquellos casos de malformaciones mamarias
como el Síndrome de Poland ( ausencia de glándula mamaria y musculo pectoral,
generalmente unilateral). En el grupo de 18 a 21 ha habido en los últimos años
una mayor demanda en lo que respecta a cirugías de aumento mamario. Cabe
destacar que además de contar con el aval de un mèdico ginecólogo, las
pacientes necesitan el consentimiento escrito de sus padres. En menor
frecuencia le siguen las consultas por lipoaspiraciones o cirugías de nariz. En
aquellos casos en que la consulta es por reducciones mamarias se hace hincapié
expresamente en el hecho de una posible interferencia con la lactancia en un
futuro y, de efectuarse, se opta por técnicas especiales que tienen un menor
compromiso de la misma.
Por ultimo en el grupo de
pacientes mayores de 25, se suma como motivo de consulta el de la
gluteoplastia, sea mediante implantes o lipotransferencia.
Un procedimiento que es
solicitado cada vez más frecuentemente, es el de la bichectomia o resección de la bola
de Bichat. Esta cirugía consiste en resecar, por una incisión por dentro de la
boca, compartimientos grasos de la mejilla con el propósito de afinar los
rasgos faciales.
En todos los casos es
sumamente importante que los pacientes de
estas características efectuen la consulta con un profesional
certificado (con título de especialista) si es posible con pertenencia a alguna
de las sociedades científicas locales ( Sociedad de cirugía plástica argentina
SACPER, Sociedad de Cirugia Plastica de Buenos Aires SCPBA, etc) a fines de
evitar caer en manos de profesionales inescrupulosos